Ser migrante irregular no debe invalidar jamás para acceder a los servicios ofrecidos por organizaciones civiles o no gubernamentales dedicadas a trabajar con estas poblaciones en movilidad, sea en alianza con el Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social u otras instituciones estatales.

Migración y derecho a la salud.

Las personas en condición migratoria irregular pueden y deben acceder a los servicios de salud pública indispensables, no sólo en casos de emergencia, sino también en situaciones epidemiológicas complejas que requieran vacunación o cualquier otro tipo de atención urgente para contrarrestar infecciones.

Quienes circulan por el territorio también tienen derechos como seres humanos y asistirlos es fundamental, sobre todo en las urgencias médicas. Esta atención debe ser de forma gratuita y debe ser proporcionada sin reticencias por quienes colaboran en toda la red hospitalaria pública del país.

La condición migratoria o la carencia de documentos de identificación tampoco debe limitar a quienes están encargados de diagnosticar, tratar y ayudar tanto en la prevención como en la eventual cura de dolencias.

Los profesionales de la salud, en particular los médicos y enfermeras, deben establecer siempre una relación de confianza con sus pacientes, sin discriminación, sin sesgos, porque a fin de cuentas entre sus funciones están servir de apoyo, de consuelo, de fuente de información y de sanación a quienes acuden a sus servicios.

Por supuesto, nunca se considerarán como urgencias las consultas médicas, los controles periódicos de chequeo ni las cirugías y tratamientos estéticos. Sin embargo, la atención a embarazadas, personas intoxicadas, con afectaciones respiratorias, desequilibrios en la tensión arterial, fiebres altas u otros síntomas de cuidado, no amerita discusión.

Mucho menos deben someterse a debate o análisis los pacientes que acudan al servicio médico a raíz de accidentes, episodios de crisis o de cualquier circunstancia que arriesgue la vida e integridad de las personas. 

Téngase en cuenta que una emergencia de salud es una alteración física o mental capaz de afectar a un ser humano, como consecuencia de traumas o enfermedades, que requieren una atención médica inmediata y efectiva, para disminuir el riesgo de invalidez o muerte.

Si bien la atención médica a los inmigrantes irregulares es objeto de debate en la mayoría de los países, por el costo elevado y la fragilidad de los sistemas sanitarios en algunos, hay que seguir impulsando una mayor apertura y sensibilización en beneficio de quienes atraviesan territorio guatemalteco en franca desventaja.

Las interpretaciones diversas de las normas al respecto jamás deben suplantar a la vocación humanista y de servicio que debe caracterizar al personal de la salud, independientemente de las alternativas sociosanitarias ofrecidas por iglesias, organizaciones civiles y particulares.

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Fuente:

Cuéntanos; Migración y Derecho a la salud