Los pronósticos en torno a la migración de personas de origen centroamericano hacia Estados Unidos apuntan a que la situación respecto al tema tenderá a ser igual de dramática o quizás mucho más terrible que en los últimos dos años como resultado del agravamiento de las condiciones de precariedad agravadas a raíz de crisis resultante de la pandemia de Covid.19.

Giros migratorios en Centroamérica.

Ello impactará tanto a los países centrales como a Estados Unidos, cuyo gobierno enfrentará desafíos mayores para contener el flujo migratorio y para propiciar la reinserción de quienes lleguen a su jurisdicción sin desmedro de sus derechos ni del cumplimiento de acuerdos internacionales sobre la problemática.

Unido a las causas tradicionales que expulsan hace años a población desde Nicaragua a Guatemala, la creciente militarización de los estados, las políticas represivas impulsadas contra ciertos grupos delincuenciales de amplio arraigo como las pandillas o maras, el desmantelamiento democrático e institucional y las violaciones masivas a los derechos humanos, pueden incrementar las cifras espeluznantes reportadas en los últimos meses.

Autoridades concuerdan en que estamos en la peor época con respecto al fenómeno migratorio. Esto guarda relación con que ya no sólo se trata de los nacionales de estos países empobrecidos sino de amplias oleadas de personas radicadas o de paso por estos que integran amplios grupos empeñados en llegar a Estados Unidos.

Mientras la administración demócrata lucha por mantener la política controversial legada por Donald Trump, que permite expulsar automáticamente a los inmigrantes irregulares que tratan de ingresar al país (Título 42), los departamentos de Seguridad Nacional y de Justicia persisten en prórrogas para prepararse ante eventuales multitudes remeciendo la frontera sur con tal de ser beneficiadas por proceso de acogida.

Esto lleva a suponer que la migración centroamericana continuará experimentando una tendencia al alza, pero con mayores dificultades para ingresar de manera irregular a Estados Unidos. Máxime si, como se espera, junto a esta exigirán su oportunidad cientos de personas en movilidad procedentes de Venezuela, Cuba y de otros países que también exhiben cantidades alarmantes de interesados en eso.

Guatemala, El Salvador y Honduras ya no aparecen como los mayores emisores de migrantes, más eso no significa una disminución sino un aumento de la expulsión de personas desde otros puntos del continente, del Caribe, de Asia, África, de Medio Oriente y hasta de ciertas regiones de Europa.

Sólo en el mes de noviembre de 2022, la Patrulla Fronteriza (CBP) contabilizó unas 204 mil 155 detenciones de migrantes irregulares, un 4 % más que en octubre.

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Cuéntanos: Giros migratorios