Sólo del 29 de diciembre del 2022 al 1 de enero del 2023, el Instituto Guatemalteco de Migración (IGM) dio cuenta del ingreso y egreso del país de 131 mil 548 personas, en su mayoría ciudadanos o personas provenientes de El Salvador, de Estados Unidos y de Honduras. De acuerdo con la entidad, empeñada en propiciar “una migración, regular, ordenada y segura”, más allá de esas cifras probablemente tenga lugar el incremento en los flujos migratorios por los diferentes puestos fronterizos en el año en curso.

Sin embargo, los informes de la autoridad migratoria guatemalteca incluyen subregistros, por cuanto resulta casi imposible documentar los cientos de personas que transitan por el territorio en condiciones de movilidad irregular. Eso limita tener una idea más o menos exacta de las dimensiones de lo que para muchos es un fenómeno sin claras posibilidades de extinción, más otros informes ayudan a despejar dudas.

Aunque el Gobierno de Guatemala mantiene un discurso de rechazo a la migración irregular e insiste en visualizar a través de sus medios las acciones que despliega para frenar la movilidad clandestina de personas e impedir el tráfico ilegal de seres humanos, múltiples fuentes dan cuenta de la salida masiva de países vecinos que aprovechan las rutas más vulnerables del centro y norte del continente para acercarse a la frontera sur de Estados Unidos.

México anunció que, apenas en el mes agosto, interceptó a unas 16 mil personas venezolanas y 5000 hondureñas. Súmele a ello que, en el último año fiscal, casi 250 mil cubanas y cubanos de distintas edades -más del 2 % de los 11 millones de habitantes de la isla-, emigraron a Estados Unidos y la mayoría llegó por tierra al límite de esa trayectoria, según informes de la Patrulla Fronteriza (USBP, en inglés).

Por otra parte, el Departamento de Reconocimiento de Estatus de Refugiado (DRER) del IGM informó que en el transcurso de 2022 recibió 962 solicitudes de refugio, de las cuales al menos 773 fueron autorizadas en favor de quienes solicitaron protección internacional en el país por diferentes motivos. De los reconocidos como refugiados, 47% son mujeres y 45% son hombres, en tanto las nacionalidades predominantes son El Salvador, Honduras, Nicaragua y Venezuela.

En forma paralela, las expulsiones de personas migrantes irregulares fueron recurrentes en el último año, en el cual el IGM jugó un papel destacado en la detección y procesamiento de la devolución forzada de cientos de oriundos de Venezuela, Ecuador, Cuba, Haití y otras nacionalidades. Datos aportados por esa institución reflejan que, de enero a octubre, fueron retornados 12.570 venezolanos por haber ingresado sin la documentación requerida al país.

Lo expuesto sugiere la necesidad de fortalecer la seguridad en las fronteras de Guatemala y la persecución contra quienes se dedican a la trata y tráfico de personas, así como las campañas llamando a la población a evitar poner en riesgo su vida al tratar de migrar sin trámites legales previos.

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Fuente: 

Cuéntanos.org Despegue de flujo migratorio por Guatemala